Review - Kingdom Hearts III
Bueno, vamos allá, de una vez por todas, con una review de un juego reciente. Podríamos haber elegido un juego menos popular, pero todos sabemos que nos gusta el riesgo. Por ello, hoy vamos a hablar de Kingdom Hearts III.
Antes de nada, nos gustaría aclarar que llevamos siendo fans de la saga muchos, muchísimos años. Ha sido una saga que hemos ido jugando a medida que crecíamos, y guardamos muy buenos recuerdos de ella. Aún así, intentaremos que esta review sea objetiva, y creedme cuando digo que es objetiva. Comencemos.
Tras años desde la salida de Kingdom Hearts II, y muchos juegos entre uno y otro, el 29 de enero de 2019 pudimos, por fin, hacernos con una copia de la tan ansiada tercera entrega de la saga, que acabaría no con Kingdom Hearts en sí, sino con la etapa de su primer, y por ahora único, antagonista, el Maestro Xehanort. Una vez más, nos metemos en la piel de Sora, un adolescente al que hemos visto crecer, tanto física como mentalmente, a lo largo de diversos juegos, y al cual le hemos acabado cogiendo cariño. Junto a él, encontramos a sus amigos de toda la vida (que ya era hora, después de tantos juegos para buscarlos), y a protagonistas de otras entregas, además de personajes que, habiendo sido villanos, son ahora aliados. Aún así, el foco reside, únicamente, en Sora.
Empezando con la review, vamos a hablar del juego en sí. Si habéis jugado a las primeras entregas, sabréis que Kingdom Hearts siempre ha tenido cierto problema a la hora de la jugabilidad, y aunque es un sistema bastante simple, en cualquier juego de la saga podemos encontrar un boss, o una zona, en la que dejemos el mando y preguntemos a diversas deidades "por qué". En efecto, el mayor antagonista de Sora nunca fue Xehanort, como quisieron hacernos creer, sino que es la cámara del juego. Una vez te acostumbras, y a todo te puedes acostumbrar, no es para tanto, pero hay que decir que ha dejado bastante que desear. Esto, sin embargo, se soluciona en esta nueva entrega, donde encontramos unos combates más fluidos, que sacan todo lo bueno de los muchos juegos anteriores para implementarlo en un sistema amigable y, una vez pillado el truco tras el tutorial, bastante fácil de usar. Esto se complementa con mapas no mucho más grandes, pero sí con menos zonas de transición, y con un número menor de enemigos entre paso y paso, algo que agradecemos porque había momentos en los que acababas de los nervios. En cuanto a los gráficos, son una mejora respecto a las entregas anteriores, por supuesto, pero hay distintas opiniones sobre si son todo lo que podrían haber sido o no. A nosotros, ya decimos que no nos han disgutado, ya que hacían los escenarios muy agradables a la vista y no cambiaban tanto a los personajes que se hacían irreconocibles.
Ahora, vamos al tema más importante para nosotros, la historia. Cualquiera que haya jugado a la saga durante su infancia y haya disfrutado enormemente espera con ansia la conclusión del enfrentamiento de Sora y las muchas, muchas formas del Maestro Xehanort. Debemos admitir que, una vez reflexionado, y rejugado parte de la historia, ésta es bastante interesante, y aunque a nuestro gusto tira mucho del "poder del amor y la amistad", algo recurrente en la saga (no sé por qué nos sorprendemos, la verdad), sí que encontramos una pega con mayúsculas: el ritmo de la historia. Acompañamos a Sora por unos cuantos mundos, sin que se nos de mucha información. El enemigo principal, la Organización XIII, aparece en todos y cada uno de ellos, por supuesto, pero para no hacer más que observar, reírse como la élite del monóculo, y decirle algo a nuestro protagonista que parece que nunca entiende. Tras horas y horas de paseos por mundos, siendo atacados por los sincorazón y la nostalgia, llegamos a los mundos finales, típicos en otras entregas de la saga, donde nos comemos escena tras escena (Is this a Hideo Kojima game?) hasta vencer al malo maloso, solucionarlo todo siendo colegas (y a hostias, aunque no lo mencionen de esta forma) y, por supuesto, dejar el final más o menos abierto, perfecto para nuevos juegos con el título de Kingdom Hearts.
¿En resumen? El juego está bien. Como fans de la saga, es divertido de jugar por las muchas mejoras en la jugabilidad, y la historia, aunque frustrante la primera vez que lo juegas, resuelve muchas de las incógnitas que dejaron los otros juegos (de manera desastrosa algunas, pero bueno), y presenta varias preguntas más, motivos para nuevos juegos. Si eres fan acérrimo, ya lo habrás jugado, y ya tendrás tu opinión formada, y si no lo has jugado o esperabas algún incentivo, dos cosas vamos a recomendarte: no juegues sin haberte pasado las entregas anteriores y, sobre todo, disfruta. Puede que la historia tenga un ritmo lento, pero se aprovecha para disfrutar del diseño de los mundos tan queridos de Disney y el nuevo aspecto HD de nuestros personajes favoritos.
Terminando el post, lo que os decimos siempre: formaos vuestras propias opiniones, y esperamos que paséis unas buenas vacaciones de Semana Santa, que está a la vuelta de la esquina. ¡Nos vemos en la próxima hoguera!
Antes de nada, nos gustaría aclarar que llevamos siendo fans de la saga muchos, muchísimos años. Ha sido una saga que hemos ido jugando a medida que crecíamos, y guardamos muy buenos recuerdos de ella. Aún así, intentaremos que esta review sea objetiva, y creedme cuando digo que es objetiva. Comencemos.
Tras años desde la salida de Kingdom Hearts II, y muchos juegos entre uno y otro, el 29 de enero de 2019 pudimos, por fin, hacernos con una copia de la tan ansiada tercera entrega de la saga, que acabaría no con Kingdom Hearts en sí, sino con la etapa de su primer, y por ahora único, antagonista, el Maestro Xehanort. Una vez más, nos metemos en la piel de Sora, un adolescente al que hemos visto crecer, tanto física como mentalmente, a lo largo de diversos juegos, y al cual le hemos acabado cogiendo cariño. Junto a él, encontramos a sus amigos de toda la vida (que ya era hora, después de tantos juegos para buscarlos), y a protagonistas de otras entregas, además de personajes que, habiendo sido villanos, son ahora aliados. Aún así, el foco reside, únicamente, en Sora.
Empezando con la review, vamos a hablar del juego en sí. Si habéis jugado a las primeras entregas, sabréis que Kingdom Hearts siempre ha tenido cierto problema a la hora de la jugabilidad, y aunque es un sistema bastante simple, en cualquier juego de la saga podemos encontrar un boss, o una zona, en la que dejemos el mando y preguntemos a diversas deidades "por qué". En efecto, el mayor antagonista de Sora nunca fue Xehanort, como quisieron hacernos creer, sino que es la cámara del juego. Una vez te acostumbras, y a todo te puedes acostumbrar, no es para tanto, pero hay que decir que ha dejado bastante que desear. Esto, sin embargo, se soluciona en esta nueva entrega, donde encontramos unos combates más fluidos, que sacan todo lo bueno de los muchos juegos anteriores para implementarlo en un sistema amigable y, una vez pillado el truco tras el tutorial, bastante fácil de usar. Esto se complementa con mapas no mucho más grandes, pero sí con menos zonas de transición, y con un número menor de enemigos entre paso y paso, algo que agradecemos porque había momentos en los que acababas de los nervios. En cuanto a los gráficos, son una mejora respecto a las entregas anteriores, por supuesto, pero hay distintas opiniones sobre si son todo lo que podrían haber sido o no. A nosotros, ya decimos que no nos han disgutado, ya que hacían los escenarios muy agradables a la vista y no cambiaban tanto a los personajes que se hacían irreconocibles.
Ahora, vamos al tema más importante para nosotros, la historia. Cualquiera que haya jugado a la saga durante su infancia y haya disfrutado enormemente espera con ansia la conclusión del enfrentamiento de Sora y las muchas, muchas formas del Maestro Xehanort. Debemos admitir que, una vez reflexionado, y rejugado parte de la historia, ésta es bastante interesante, y aunque a nuestro gusto tira mucho del "poder del amor y la amistad", algo recurrente en la saga (no sé por qué nos sorprendemos, la verdad), sí que encontramos una pega con mayúsculas: el ritmo de la historia. Acompañamos a Sora por unos cuantos mundos, sin que se nos de mucha información. El enemigo principal, la Organización XIII, aparece en todos y cada uno de ellos, por supuesto, pero para no hacer más que observar, reírse como la élite del monóculo, y decirle algo a nuestro protagonista que parece que nunca entiende. Tras horas y horas de paseos por mundos, siendo atacados por los sincorazón y la nostalgia, llegamos a los mundos finales, típicos en otras entregas de la saga, donde nos comemos escena tras escena (Is this a Hideo Kojima game?) hasta vencer al malo maloso, solucionarlo todo siendo colegas (y a hostias, aunque no lo mencionen de esta forma) y, por supuesto, dejar el final más o menos abierto, perfecto para nuevos juegos con el título de Kingdom Hearts.
¿En resumen? El juego está bien. Como fans de la saga, es divertido de jugar por las muchas mejoras en la jugabilidad, y la historia, aunque frustrante la primera vez que lo juegas, resuelve muchas de las incógnitas que dejaron los otros juegos (de manera desastrosa algunas, pero bueno), y presenta varias preguntas más, motivos para nuevos juegos. Si eres fan acérrimo, ya lo habrás jugado, y ya tendrás tu opinión formada, y si no lo has jugado o esperabas algún incentivo, dos cosas vamos a recomendarte: no juegues sin haberte pasado las entregas anteriores y, sobre todo, disfruta. Puede que la historia tenga un ritmo lento, pero se aprovecha para disfrutar del diseño de los mundos tan queridos de Disney y el nuevo aspecto HD de nuestros personajes favoritos.
Terminando el post, lo que os decimos siempre: formaos vuestras propias opiniones, y esperamos que paséis unas buenas vacaciones de Semana Santa, que está a la vuelta de la esquina. ¡Nos vemos en la próxima hoguera!
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